El pintor, grabador y académico de 93 años, forjador de la colección de arte del edificio UNCTAD (actual GAM), vuelve a este lugar de origen para mostrar su iconografía reciente y documentar hitos de su trayectoria artística de más de cinco décadas. Autor de emblemáticas obras, como el mural del paso bajo nivel Santa Lucía (co-creado en 1969, junto a Carlos Ortúzar e Iván Vial) y otros proyectos de gran envergadura en edificios y espacios públicos a lo largo de Chile, Bonati reanuda con esta muestra individual, su vinculación e incidencia en la escena visual chilena.

Formó el grupo Signo, junto a Alberto Pérez y los Premios Nacionales José Balmes y Gracia Barrios; desde los años ’60 del pasado siglo, Eduardo Martínez Bonati emprendió una exitosa carrera como artista, mientras como docente e impulsor del Taller de Grabado en la Universidad de Chile fue una de las figuras más influyentes y gravitantes del medio nacional en su época.

La exposición El camino a mí mismo se realiza en coproducción con Ch.ACO y busca visibilizar y resaltar el trascendente vitalismo que aún singulariza a Bonati, con una serie de obras abstractas de gran formato, realizadas en los últimos años en su taller de Pirque e inspiradas en los estudios psiquiátricos, la meditación trascendental y los saberes que lo han guiado en su ruta de conocimiento, en búsqueda permanente de una supra consciencia.

Por otra parte, se recrearán hitos de su producción durante su auto exilio en España, desde mediados de los años ’70. Productos audiovisuales y documentales que revisan su rol en la UNCTAD y recogen su propio testimonio creativo y las influencias que ha ejercido, como artista y docente.

“La historia de Bonati muestra la deriva cultural del quiebre institucional en nuestro país. Convertido, entre los años ’60 y ’70, en uno de los artistas más completos del siglo XX chileno, su figura pública fue - posterior al Golpe Militar - borrada del mapa cultural y él puede dar cuenta del despojo de su territorio y su ecosistema, del dolor y la impotencia al observar desde lejos el derrumbe de la democracia y el abuso sistémico en su país, y llevar esa experiencia a imágenes. Rescatamos en esta historia la posibilidad de reinvención y de desarrollo de una carrera a partir de cero, en un país lejano, llegando a ser un académico e intelectual activo, así como una de las figuras destacadas de la exigente escena pictórica española" cuenta Elisa Cárdenas, curadora de la exposición.

La serie de obras que protagoniza El camino a mí mismo se vincula, por una parte, a las búsquedas espirituales del artista, a través de conocimientos como el Tao y la práctica de meditación trascendental. Y a la vez, es resultado de sensaciones particularmente terrenales y el estado de presencia total en un ser humano.

“Esta es una enorme oportunidad de mostrar la profundidad y vigencia de su obra a través de sus exposiciones y la circulación de su trabajo. Esta muestra representa la valoración del trabajo actual y activo de los artistas que vienen con una enorme historia, que constituyen de alguna manera ‘patrimonio’, y que a la vez encarnan la naturaleza dinámica de ese concepto”

— Elisa Cárdenas, curadora de la exposición.

Prolífico artista, en 2015 se confesaba solo dedicado a la pintura. “Es lo único que amo. Me he negado a los encargos, a los murales, a hacer clases, sólo pinto. Cuando me alejo de la pintura me desarmo. En mi proceso creativo, siempre sé de qué se va a tratar el tema, pero nunca sé cómo lo voy a lograr. Es un proceso y me encanta sufrirlo; creo que tengo algo de masoquista” decía en una entrevista.

"Bonati ha aportado de modo consistente al desarrollo cultural chileno y es por eso que consideramos tan necesario traer a la luz su legado vivo y ratificar la enorme oportunidad de que vuelva a ser parte orgánica de este tejido cultural, mostrando la profundidad y vigencia de su obra a través de sus exposiciones y la circulación de su trabajo. Esta es una instancia única de memoria, el ayer y hoy de Bonati traído a escena, como testimonio y también como insistencia sobre el poder de las artes en tiempos inciertos”, concluye Cárdenas.

Te Puede Interesar