Una comedia policíaca que emplea la escenografía del Príncipe Constante de Calderón de la Barca como locación de peleas, sueños, investigaciones y crímenes. Los dramaturgos Guillermo Calderón (Chile) y Gabriel Calderón (Uruguay) estrenan en territorio nacional esta obra sobre la fe y la confianza en las causas justas.

En una ciudad de un pequeño país de Latinoamérica, un dinero ruso de dudosa procedencia permite hacer una coproducción internacional de “El Príncipe Constante” de Calderón de la Barca. Tiempo después, cuando la obra ya ha fracasado, su escenografía será el nudo de peleas, reclamos, sueños, investigaciones y crímenes.

El dramaturgo chileno Guillermo Calderón y el autor uruguayo Gabriel Calderón han escrito mano a mano una comedia policíaca en la que van trenzando una decena de variaciones escénicas sobre el clásico de la dramaturgia española. La constancia del arte, de la fe y del amor de la violencia y de las guerras, son temáticas propuestas como banderas de lucha.

En su paso por el Festival de Almagro, el diario “El País” de Madrid la definió como “una obra sugestiva, imaginativa, que aborda la realidad desde una perspectiva oblicua, como era frecuente hacerlo entre muchos autores de los años sesenta”. Tras su estreno en la Comedia Nacional de Montevideo, llega a GAM rodeada de esos pergaminos.

Constante es un montaje de la Comedia Nacional de la Intendencia de Montevideo, que propone hacer un “Calderón al cubo” donde el apellido es la excusa que termina en el encuentro de tres “calderones” a través del tiempo y la escritura. Partiendo de la pieza del Siglo de Oro español El príncipe constante, de Pedro Calderón de la Barca, escrita en 1629, los dramaturgos Guillermo Calderón (chileno) y Gabriel Calderón (uruguayo, actual director de la Comedia Nacional, elenco estable de la Intendencia de Montevideo).

“Hemos decidido quemar la biblioteca –parafraseando a Borges- y trabajar con el texto como si estuviese perdido, como si ya no se pudiera acceder a él, tal vez traicionando a Calderón, pero siendo fieles al Teatro”

— Gabriel Calderón, director uruguayo.

En distintos momentos se recita parte de la obra original de Calderón de la Barca, a veces para mostrar un ensayo, otras para señalar que el texto podría ser evidencia de un crimen. “Las referencias a la torpeza policial, que busca en un texto del siglo XVII las pistas de un asesinato ocurrido en el presente, son, también, un guiño que recuerda aquella idea de que, en las últimas dictaduras, los militares buscaban en piezas artísticas indicios de actividades subversivas”, mencionó la crítica especializada.

Versión: Guillermo Calderón y Gabriel Calderón | Dirección: Gabriel Calderón | Elenco: Luis Martínez, Stefanie Neukirch, Jimena Pérez, Juan Antonio Saraví y Pablo Varrailhón | Escenografía: Lucía Tayler | Iluminación: Eduardo Guerrero y Sofía Ponce de León | Vestuario: Virginia Sosa | Diseño sonoro: Luciano Supervielle | Diseño gráfico: Pablo Londero | Comunicación: Carolina Anastasiadis | Producción general: Felipe Villarmarzo | Colabora: Teatro Biobío

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