Suena lógico que una persona, un perro o un mueble pesen 40 kilos. Pero es bastante extraño encontrar un trompo que lo haga. En El Butifarra hay uno así, gigante, de 70 x 55 cm. 

Él es la estrella de los juguetes con que Pablo Potocnjak realiza este espectáculo que rescata tradiciones populares. Malabarismo y acrobacia se funden con objetos como maletas, sacos y jaulas y van transformando a su protagonista en distintos personajes, de organillero a chinchinero. Las palabras tampoco están ausentes, apareciendo en dichos, adivinanzas y juegos. 
 

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