El fotógrafo y médico, Miguel Raurich presenta este libro con fotografías que contrastan dos tiempos y espacios distintos bajo un mismo encuadre. En esta actividad, conversarán Luis Weinstein, fotógrafo; Sebastián Gray, arquitecto; ambos prologuistas del libro, junto a Orieta Rojas integrante del equipo Black Boots, realizador del proyecto.

"Las fotografías de Miguel Raurich nos hacen viajar por Santiago. Una travesía que recorre algunos de sus barrios fijando la mirada en detalles que nos hacen reconocer la capital. Son imágenes situadas respecto del territorio donde el autor transita, pero este libro en su edición además le agrega un recorrido temporal en la investigación. Cada doble página nos instala en un espacio cercano en lo visual y lejano en el tiempo. Un viaje condensado en la tinta de sus hojas.

La fotografía llegó a Chile en la fragata L’Oriental en 1840 y desde ese momento nuestro imaginario se enriqueció con esta versión de las imágenes realizadas desde la técnica industrial. La certeza en el trazo y —junto a ello— la verosimilitud que le asignamos, nos ha entregado una nueva fuente para los estudios académicos y, particularmente, para nutrir nuestra imaginación y poder repensar desde este punto de vista particular nuestro presente.

Raurich afirma «lo mío es mirar», ciertamente un mirar intencionado cuando de ese ejercicio se genera una fotografía, o una serie de ellas que se completa en el tiempo, como la que nos trae este libro. Al ver su carrera en la fotografía se hace evidente que el viaje es parte inherente de su oficio, como ha ocurrido con muchas y muchos que lo anteceden o lo acompañan en este recorrido creativo. Probablemente el exilio acentuó esta curiosidad por descubrir lo que las esquinas esconden, no en el sentido del instante como hacen los reporteros que construyen una síntesis de las noticias, si no en el cotidiano representado en una imagen, como lo haría un pescador paciente que va llenando su canasta de peces, siguiendo la idea de la carta que le escribe don Sergio Larraín a su sobrino, cuando le explica magistralmente en qué consiste la fotografía que él practica. (...)

No es de extrañar que este fotógrafo, hijo del exilio forzado, que ocupa «su tiempo libre» en ejercer como médico geriatra en un hospital público, esté obsesionado con la memoria como espacio discursivo de sus imágenes, ayudando a la comunidad de esta ciudad que hoy lo acoge y que —por suerte para nosotros— él también hace suya, a vincular presente y pasado como reflejo uno del otro".

Prólogo de Luis Weinstein, fotógrafo
Diciembre 2023

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