El Shodō, que en japonés, significa: “el camino de la escritura” es la caligrafía japonesa. Se considera un arte y una disciplina muy difícil de perfeccionar y se enseña como una materia obligatoria a los niños japoneses durante su educación primaria. Además de requerir una gran precisión y gracia por parte del escribano, cada carácter de letras debe ser escrito según un orden de trazo específico, lo que aumenta la disciplina requerida a quienes practican este arte.