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Una abultada hoja de vida con más de 40 creaciones de su autoría, protagonizadas en su mayoría por personajes que sobreviven a la desolación, el desencanto, el abandono y la marginación. Y continúa escribiendo. A sus 79 años, el dramaturgo chileno Juan Radrigán -uno de los más relevantes del país- parece no cansarse ni detenerse, pese al delicado momento de salud que atraviesa debido a un cáncer con metástasis, que lo tiene en recuperación.
El 26 y 27 Sep, dos de sus textos más emblemáticos retornarán a las tablas con Radrigán Homenaje: una reposición de sus obras Fantasmas borrachos y Amores de cantina, que organizó un grupo de actores nacionales entre los que están Claudia Di Girolamo, María Izquierdo, Rodrigo Pérez, Francisco Melo y Aliocha de la Sotta.
Los dos montajes de Radrigán llegarán al Teatro Nescafé de las Artes el 26 y 27 de septiembre. Primero se reestrenará Fantasmas borrachos, de 1997, en la versión dirigida por Gonzalo Pinto y protagonizada por Melo y Gabriel Cañas. Al día siguiente volverá a escena Amores de cantina (2000), montaje dirigido por Mariana Muñoz y con María Izquierdo e Iván Álvarez de Araya en su elenco.
La idea fue realizar un tributo en vida al Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2011, cuya obra ha sido comparada por la crítica especializada con las escrituras de Samuel Beckett y Arthur Miller y, en el ámbito nacional, con el teatro social de Antonio Acevedo Hernández y de Isidora Aguirre. Junto con destacar su obra, el ciclo Radrigán Homenaje tiene también un fin solidario: lo recaudado durante las dos funciones irá en beneficio del autor de Las brutas, para costear su tratamiento contra el cáncer.
En 1979, con 42 años, el dramaturgo chileno escribió su primera obra dramática, Testimonios de las muertes de Sabina, seguida de Las brutas, El loco y la triste (1980), Hechos consumados (1981) y el Toro por las astas(1982), convertidos hoy en clásicos de la dramaturgia nacional. Sus textos hablan de la marginalidad social, vinculadas al contexto político, económico y cultural de Chile en los años 70 y 80. Radrigán fue de los primeros en colocar a los marginados de la sociedad como protagonistas de sus obras, prescindiendo de grandes escenografías y realizando sus creaciones en espacios populares. Varios de sus textos han sido montados por directores nacionales y extranjeros, como Hechos consumados (1981), llevada a las tablas en Londres, Inglaterra, por el director inglés Robert Shaw. Tras una primera etapa marcada por lo social, su teatro post dictadura derivó en otros conflictos como los amores inconclusos o sin destinatarios, y los personajes fantasmales que transitanentre la vida y la muerte. Justamente de este último período son las obras Fantasmas borrachos y Amores de cantina.
Comunicado de prensa Fundación Teatro a mil.