James Rickard y Karaitiana Rurehe

Tótem de madera de totara

Un tótem de madera de totara se alza entre los puestos de la feria de antigüedades de plaza poniente. Desde 2015 ha estado en GAM, cuando fue tallado en vivo por un grupo de artistas maorís que viajó a Chile para la exposición Tuku Iho: legado vivo maorí, realizada en la sala de artes visuales gracias al apoyo de la Embajada de Nueva Zelanda.

Por años la escultura fue conocida con el nombre de “Tekoteko”, pero ese no era su verdadero nombre. En una ceremonia tradicional realizada en marzo de 2019, se bautizó como Ngā Morehu, que en lengua maorí significa “Los que permanecen”. Un regalo de la cultura maorí al pueblo de Chile como símbolo de fraternidad entre dos países que están conectados por el círculo de fuego del Pacífico y por Rūaumoko, el dios de los temblores, los volcanes y las estaciones del año.

El tótem de cuatro metros de largo, plasma en sus tallados dos diseños ancestrales: el Haehae y el Pakati. Ambos símbolos aluden al luto, evocando las cicatrices que se hacían los maorís para inmortalizar a sus muertos y las cicatrices que quedan en la tierra con el paso de los terremotos.

Sobre la obra

El tótem es alto para simbolizar el largo de Chile. Se talló pensando en la historia de GAM y de los pueblos originarios chilenos, de ahí proviene su nombre. 

Por un lado, las cicatrices del tallado representan las heridas que dejó la violación de derechos humanos en dictadura. Por otro, representan la tradición maorí de tatuajes y marcas para inmortalizar a los muertos.

Ngā Morehu posee dos figuras. Una está completa y la otra emerge desde la tierra, representando el ciclo constante de la vida. Sus piernas están danzando para conmemorar los bailes latinoamericanos y la danza de guerra maorí, que celebra la salida del sol y el despertar colectivo en una misma dirección. 

Sobre los talladores

James Rickard, perteneciente a las tribus Ngāti Porou y Hauauru.
Karaitiana Rurehe, perteneciente a la tribu Ngāi Tūhoe.

Sobre la exposición

Tuku Iho: legado vivo maorí

El público pudo conocer más sobre el arte y la cultura maorí a través de más de cien objetos tradicionales.

La exposición tuvo como principal objetivo la valoración de la cultura original, e incluyó joyas, armas ceremoniales, tesoros, tejidos, esculturas y una serie de tallados en madera, piedra, hueso y jade.

Como parte de la exposición, artistas maorís realizaron diversas actividades en espacios públicos, como el baile y canto del grupo de Kapa Haka, sesiones de “Ta moko”, o tatuaje maorí, y este tótem de madera.

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